Colombia
A menos de un año para que el Congreso de la República finalice su periodo legislativo, el Gobierno del presidente Gustavo Petro concentra sus esfuerzos en sacar adelante dos de los temas más complejos de su agenda: la reforma a la salud y una nueva reforma tributaria por 19 billones de pesos.
Tras la aprobación parcial de las reformas pensional y laboral, el Ejecutivo busca cerrar su mandato con la consolidación de los pilares que prometió como parte del “Gobierno del cambio”. De esa tríada, solo la reforma a la salud permanece sin aprobar, mientras que el nuevo marco tributario aparece como una necesidad urgente para financiar el presupuesto nacional de 2026.
Fuentes cercanas al Palacio de Nariño revelan que el presidente alista una estrategia de doble vía: presión política al interior del gabinete —lo que podría implicar nuevos ajustes ministeriales— y movilización ciudadana a lo largo del país, como ya se ha visto en ocasiones anteriores. Esta combinación, que le dio resultados con la reforma laboral, vuelve a estar sobre la mesa con el objetivo de inclinar la balanza en el Congreso.
“El pueblo votó por un mandato y ese mandato debe cumplirse. No hay ley que pueda oponerse a la voluntad popular”, ha sostenido Petro en reiteradas ocasiones, justificando el uso de la calle como herramienta para respaldar sus iniciativas en medio de un Legislativo dividido.
La reforma a la salud, desde su presentación, ha enfrentado resistencias tanto en sectores políticos como gremiales. El proyecto propone transformaciones profundas al modelo actual, entre ellas el fortalecimiento de la atención primaria, el giro directo de recursos, y un nuevo esquema para la administración de los servicios.
Por otro lado, la reforma tributaria planteada busca aumentar la base de recaudación en al menos 19 billones de pesos para garantizar la sostenibilidad fiscal del país y dar cobertura a programas sociales impulsados por esta administración. Aunque aún no se conoce el texto definitivo, el Ministerio de Hacienda ya alista una propuesta que podría entrar al debate en los próximos meses.
El tiempo apremia. El Congreso tiene por delante una agenda legislativa cargada y los márgenes para lograr consensos son estrechos. En ese contexto, el presidente Petro apuesta todo por cerrar su gobierno con una marca indeleble: la implementación de un nuevo modelo de Estado sustentado en derechos sociales universales, justicia tributaria y participación ciudadana.
Así, el último año del Gobierno Petro no será de transición ni despedida, sino de lucha política intensa. El desenlace definirá no solo el legado del primer gobierno de izquierda en Colombia, sino también el rumbo del país en los próximos años.
Fuente: El Espectador