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El senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay falleció la madrugada del lunes a los 39 años, tras permanecer más de dos meses en estado crítico luego de ser baleado en un mitin político en Bogotá.
Su esposa, María Claudia Tarazona, confirmó la noticia con un emotivo mensaje en Instagram:
“Descansa en paz amor de mi vida, yo cuidaré a nuestros hijos”.
La Fundación Santa Fe de Bogotá informó que el deceso ocurrió a la 1:56 a.m., después de múltiples cirugías y semanas de pronóstico reservado.
El ataque contra Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en el barrio Modelia, conmocionó a Colombia por recordar las décadas de 1980 y 1990, cuando el narcotráfico y grupos insurgentes atentaban contra candidatos presidenciales.
El senador fue baleado mientras hablaba sobre salud mental y condiciones laborales para personas con discapacidad. En el lugar fue capturado un menor de 15 años con una pistola Glock, y posteriormente se arrestó a cinco adultos presuntamente vinculados a la logística del ataque.
La Fiscalía investiga si detrás del atentado estuvo la disidencia de las FARC conocida como Segunda Marquetalia. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, confirmó que la inteligencia militar no descarta esa hipótesis.
Uribe Turbay era uno de los principales críticos del presidente Gustavo Petro y aspiraba a las elecciones de mayo de 2026. Heredero de una influyente familia política, era nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala e hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 durante un operativo de rescate tras ser secuestrada por narcotraficantes.
El presidente Petro lamentó su muerte:
“Nos duele la muerte de Miguel como si fuera de los nuestros. Es una derrota”.
La noticia provocó manifestaciones de duelo nacional. Más de 70.000 personas marcharon vestidas de blanco en la llamada Marcha del Silencio, evocando la histórica protesta tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
Uribe Turbay, abogado con maestría en Harvard, había sido concejal de Bogotá, secretario de Gobierno de la ciudad y en 2022 se convirtió en el senador más votado del país por el Centro Democrático.
Con su muerte, analistas consideran que se convierte en un símbolo de la derecha colombiana y su asesinato reabre el debate sobre la seguridad de los líderes políticos en plena campaña presidencial.
Fuente: Los Angeles Times